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martes, 26 de marzo de 2013

las preguntas de Heraclio

 Ibn ‘Abbâs(Allah este complacido con el) relató: Abû Sufyân bin Harb [10] me contó que Heraclio [11] lo mandó llamar
mientras él acompañaba una caravana de Quraysh. Eran mercaderes haciendo negocios en las tierras
de Shâm [12], en la época cuando el Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con el) hizo una tregua con Abû Sufyân y
los incrédulos de Quraysh. Abû Sufyân y su gente se encontraron con Heraclio en Jerusalén [13].
Heraclio los llamó a su corte en presencia de los mayores dignatarios bizantinos; luego pidió la
presencia de su intérprete, el cuál tradujo la pregunta de Heraclio así: ‘¿Quién de vosotros tiene el
parentesco más cercano con el hombre que se declara profeta?’ Abû Sufyân dijo: ‘Yo soy su
pariente más cercano (de entre los presentes)’. Heraclio dijo: ‘Que se acerque a mí y que sus
compañeros se paren cerca y detrás de él’. Abû Sufyân añadió: ‘Heraclio dijo a su intérprete que
diga a mis compañeros que él deseaba interrogarme acerca de aquel hombre (el Profeta) y que si
mentía ellos debían corregirme. ¡Por Allah! Si no fuese el temor a que mis compañeros me tachen
de mentiroso, hubiese mentido acerca de Muhammad (la paz y las bendiciones sean con el). La primera pregunta que me hizo
sobre él fue: ‘¿Cómo consideráis su origen?’ Yo respondí: ‘Es de buena familia’. Luego me
preguntó: ‘¿Alguien ha reclamado algo así antes (La Profecía)?’ Respondí: ‘No’. Heraclio
preguntó: ‘¿Le siguen los nobles o los humildes?. Le respondí: ‘Le siguen los humildes’. Dijo: ‘¿Y
estos aumentan o disminuyen?’ Respondí: ‘Aumentan’ Luego preguntó: ‘¿Alguno de sus
seguidores le ha abandonado y ha renunciado a su religión por descontento de la misma?’ Respondí:
‘No’. Dijo: ‘¿Lo habéis acusado de mentir antes de su reclamo (de la profecía)?’ Respondí: ‘No’
Dijo: ‘Ha traicionado alguna vez su palabra?’ Respondí ‘No. Hicimos una tregua con él pero no se
qué hará en ese tiempo’. No encontré oportunidad de decir algo en contra de Muhammad (B y P)excepto eso. Heraclio preguntó: ‘¿Le habéis combatido?’ Dije: ‘Si’. Dijo: ‘¿Y cómo habéis salido
del combate?’ Dije: ‘Ha sido una guerra pareja; a veces triunfa él y a veces vosotros’. Dijo: ‘¿Y qué
os prescribe?’ Respondí: ‘Dice: Adorad sólo a Dios; no le atribuyáis copartícipes y dejad de adorar
lo que adoraban vuestros padres. Y nos recomienda la oración, la sinceridad, la castidad y el buen
trato a los parientes’ . Entonces dijo al intérprete: ‘Dile: te pregunté por su origen y me dijiste que
era noble entre vosotros. Así también, los Enviados [14] surgen entre los nobles de su pueblo. Te
pregunté si alguien había reclamado lo mismo que él antes y me dijiste que no. Si hubieras
respondido que sí habría pensado que no hace más que seguir el reclamo de alguien más. Te
pregunté si hubo entre sus ancestros algún rey y dijiste que no. Si hubieses dicho que sí habría
pensado que es un hombre buscando recuperar el reino de sus ancestros. Te pregunté si lo habíais
acusado de mentir antes de reclamar la profecía y dijiste que no; así es que no pregunto cómo un
hombre que no miente sobre otros hombres mentiría sobre Dios.
Luego te pregunté si le siguen los ricos o los pobres; me dijiste que eran los pobres y, de hecho,
éstos son los que siempre siguen a los Enviados. Luego te pregunté si sus seguidores van en
aumento; me dijiste que sí. Así sucede con la verdadera fe hasta que se completa. Te pregunté si
alguno de sus seguidores reniega descontento de su religión y dijiste que no. Pues así es con la fe
cuando sus deleites invaden los corazones. Te pregunté si es que traiciona y me dijiste que no, pues
tampoco los Enviados traicionan. Luego te pregunté qué os prescribe y me dijiste que os ordena
que adoréis sólo a Dios y que no le atribuyáis copartícipes, que os prohibe adorar ídolos y que os
ordena practicar la oración, la sinceridad y la castidad. Si es verdad lo que dices pues pronto
ocupará este lugar. Sabía que vendría, pero nunca pensé que surgiría entre vosotros. Si estuviese
seguro de tener que encontrarlo me apresuraría a hacerlo y si lo encontrase lavaría sus pies’. Luego
pidió la carta del Mensajero de Allah (la paz y las bendiciones sean con el), que Dihya [15] había entregado al Gobernador de
Busra y este a su vez entregó al Emperador para que la lea. Heraclio la leyó y contenía lo siguiente:
“En el nombre de Allah, Clemente y Misericordioso. De Muhammad, hijo de ‘Abdullah y Enviado
de Allah; a Heraclio, Gobernante de los bizantinos: La Paz sea con que sigue la guía. Dicho esto: te
invito al mensaje del Islam. Si te haces musulmán serás salvo y Allah te duplicará la recompensa. Y
si rechazas la invitación al Islam, cargarás con el pecado de tus súbditos. ((Di: “¡Gente de la
Escritura! Convengamos en una fórmula aceptable a nosotros y a vosotros, según la cual no
serviremos sino a Allah, no le asociaremos nada y no tomaremos a nadie de entre nosotros como
Señor fuera de Allah”. Y, si vuelven la espalda, decid: “¡Sed testigos de nuestra
sumisión!”))(3:64)’.
Abû Sufyân añadió luego: ‘Cuando terminó de leer la carta hubo gran tumulto y voces en la corte y
se nos ordenó retirarnos. Luego dije a mis compañeros: ‘El asunto del hijo de Abi Kabsha [16], se
ha hecho prominente.Hasta el Emperador de los bizantinos le teme’. De allí en adelante supe que
triunfaría hasta que Allah introdujo el Islam en mi corazón.
Ibn Al Natúr era gobernador de Jerusalén y Heraclio era el Gobernante de los cristianos de Shâm.
Ibn Al Natúr relató que, en cierta ocasión, cuando Heraclio visitaba Jerusalén, amaneció bastante
deprimido. Algunos de los obispos le preguntaron el porqué de su depresión. Heraclio era un
vidente y astrólogo; respondió: ‘Cuando observé las estrellas anoche ví que los que practican la
circuncisión habían triunfado’ y preguntó: ‘¿Quiénes practican la circuncisión?’ La gente le dijo:
‘Nadie practica la circuncisión excepto los judíos y no debes preocuparte de ellos; ¡Emite una ordenpara que se mate a todos los judíos presentes en el país!’ Mientras discutían estos temas, se
presentó ante Heraclio un enviado del soberano de Gassán [17] para informarle sobre el Mensajero
de Allah (la paz y las bendiciones sean con el). Sabiendo esto, Heraclio mandó que se constate si (el enviado) era circuncidado.
La gente constató que sí había sido circuncidado e informó a Heraclio. Este le preguntó entonces
sobre los árabes. El enviado respondió: ‘ellos practican la circuncisión’. Entonces, Heraclio dijo:
‘Apareció el soberano de esta nación’. Heraclio escribió después a un, también sabio, conocido suyo
en Roma.
Luego partió hacia Hims (Ciudad en Siria). No pasó mucho tiempo allí hasta que le llegó la
respuesta de su amigo en Roma que coincidía con él en la aparición del Profeta (B y P) y en su
veracidad en la profecía. Heraclio reunió entonces a los dignatarios bizantinos en su palacio de
Hims. Cuando se reunieron, mandó que se cierren todas la puertas del palacio y, levantándose, dijo:
‘¡Oh bizantinos! Si deseáis el éxito, buscáis la guía correcta y queréis que vuestro imperio perdure:
Jurad fidelidad a este Profeta’. La gente corrió hacia las puestas con la desesperación de los asnos
despavoridos, pero éstas estaban cerradas. Heraclio constató el odio que tenían al Islam y perdió
toda esperanza de que lo acepten; entonces dijo: ‘Hacedles volver a mí’ y dijo: ‘mis palabras eran
una simple prueba para constatar vuestra firmeza en el cristianismo. Y lo he constatado’. Esto les
agradó y se prosternaron ante él. Y así llegamos al final de la historia de Heraclio. (en relación a la
fe)

(Bujari)

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